viernes, 25 de agosto de 2017

PALENQUE


La marcha hacia el siguiente destino suponía abandonar definitivamente la costa de Quintana Roo para conocer un nuevo Estado. Si algo caracteriza Chiapas a parte de su movimiento político, es su terreno abrupto y selvático. Éste contraste geográfico resultaba evidente sólo con mirar por la ventanilla durante el trayecto, pero mirando un poco más allá, también pudimos percibir las diferencias a nivel económico, social y cultural. 

Por un lado, es cierto que siempre hemos creído que la venta ambulante da vida y calidez a las calles, pero ésta vez se convirtió en una incómoda y desconcertante sensación llena de dilemas. El motivo fue ver la gran cantidad de niños vendiendo solos con una forma de relacionarse realmente "adultizada", un tema realmente preocupante y merecedor de dedicarle algo más que dos líneas, aunque no será esta vez. 

Por el otro, las casas que íbamos dejando atrás también señalaban el contraste existente entre Estados, hecho que nos demostró que nos encontrábamos en un país donde pueblo y gobierno no tenían una estrecha relación. También la vestimenta tradicional y colorida de las mujeres y el hecho de escuchar con mayor abundancia los diferentes dialectos mayas, nos hacían prever que nos adentrábamos a conocer otra mirada absolutamente distinta de México. 

Pero antes de indagar en todo esto, primero debíamos encontrar un sitio donde hospedarnos y la suerte fue hallar uno de esos lugares idílicos para nosotros: justo en medio de la selva y a cinco minutos de las conocidas ruinas, teníamos para nosotros solos una cabañita de lo más sencilla, pero no por ello menos acogedora. El mejor lugar para relajarnos, sentir la naturaleza, cenar con música en directo, ver espectáculos de fuego nocturnos y sobretodo despedirnos del día escuchando los grandes conciertos que nos ofrecía la lluvia y la fauna del Panchán. 




Además de ser un lugar en medio de la naturaleza, Palenque es una ciudad representativa a día de hoy porque en la época de los mayas ya resaltó como ciudad de referencia. Pakal fue su rey más destacado, aquel que intensificó el desarrollo de lo que es hoy por hoy, una de las ciudades arqueológicas más bonitas y espectaculares de su cultura. Envuelta de montañas, ríos y densos bosques, la ciudad expone sus grandes edificios llenos de historia, misterio y curiosidades acerca de sus tradiciones.



Y ya un poco más alejados de la ciudad y a modo de despedida del lugar, también pudimos conocer la enorme caída de agua en Misol-Ha y las espectaculares cascadas de Agua-azul, un conjunto de enormes trompos y piscinas de agua que se iban descubriendo a medida que recorrías el sendero que los bordeaba. Éste efecto sorpresa te animaba a seguir subiendo más arriba, pues cuando creías que el espectáculo había terminado, te encontrabas con una nueva fotografía en movimiento coloreada por un azul de lo más vivo. Y así sucesivamente hasta que el tiempo nos hizo regresar sin saber todavía donde iniciaban las cascadas y por lo tanto sin conocer la magnitud real de tal maravilla.

Cascada Misol-Ha

Cascadas de Agua Azul



2 comentarios:

  1. Ens haureu de dir el nom del lloc on vau dormir a la cabanya que potser hi anem!! O potser està a l'àudio? 🙂

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