lunes, 28 de agosto de 2017

SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS


Ha llegado la hora de guardar el bikini, la crema solar y las chanclas para sacar la manga larga, el chubasquero y los calcetines largos... ahora toca prepararnos para un terreno más montañoso, frío y lluvioso que también forma parte de éste país al que se le acostumbra a asociar únicamente el calor y la imagen de la bola de paja rodando por un desierto lleno de cactus.

A 2000 metros sobre el nivel del mar se sitúa uno de los sitios más emblemáticos de Chiapas. San Cristóbal de las Casas es uno de esos destinos en el que todo el mundo te recomienda parar. En ésta ciudad enamoradiza se concentran un gran número de locales y de puestos callejeros donde los emprendedores exponen sus destrezas de pintura, cocina, música y artesanías entre otras, creando un ambiente muy tranquilo pero activo y cosmopolita a la vez, que te invita a andar y perderte entre sus calles y locales para descubrir cada uno de sus rincones.


Pero a parte de su indiscutible encanto visual y de movimiento artístico, también es un lugar donde se aglutinan muchas entidades sociales que cada día luchan por los derechos humanos. Especialmente sus acciones están enfocadas a dar soporte al sector de la población más vulnerable, luchando así por el empoderamiento de la cultura maya y por el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas. Es por ello que San Cristóbal se ha convertido en la cuna de acción política y social de la zona. 

Vestidos tradicionales maya de las diferentes regiones 
Delante de estas comunidades a las que no solo se les arrebataron las tierras más ricas del país, sino que se les ha boicoteado, pisoteado y hasta asesinado, se ha creado una de las mayores organizaciones conocidas a nivel mundial para defender un pueblo del cual parece haberse olvidado que fue una de las civilizaciones más inteligentes y desarrolladas de la historia. 



El Ejército Zapatista de Liberación Nacional es un movimiento revolucionario que nació para dar respuesta al empobrecimiento crónico que las zonas indígenas de México, especialmente en Chiapas, han sufrido desde la época colonial. El nombre hace referencia al mártir Emiliano Zapata, quién murió en su implicación en la revolución mexicana desde la reforma agraria. 

El movimiento zapatista se inició en los años noventa, pero apareció por primera vez en público el 1 de enero del año 1994, coincidiendo con el tratado de libre comercio con Estados Unidos. Sus demandas en la declaración de la selva Lacandona eran: trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad democracia, justicia y paz.

Desplazados forzosos en la plaza
visibilizando su situación
A parte de defender los derechos pro-indígenas, también son fieles a la creencia de una democracia colectiva y participativa, a la vez que rechazan el capitalismo y la globalización. También es importante destacar la implicación de los zapatistas en la lucha por la igualdad de oportunidades en cuanto al género, creando así la implacable "Ley Revolucionaria de las Mujeres". Ésta perspectiva ha hecho que EZLN cuente con muchos simpatizantes a nivel mundial, y a pesar de que abandonaron las armas apostando por un crecimiento desde la educación y la difusión, a día de hoy la comunicación con el Gobierno sigue siendo tensa. Todavía reciben episodios de violencia, pues la ausencia de respuestas institucionales y la presencia física de paramilitares en las comunidades, sigue perpetuando la opresión del pueblo indígena que no es ni más ni menos que el 10% de la población de todo el país.

Por suerte y para contrarrestar todo este entramado de corrupción, existe una fuerte red asociativa de entidades sociales y culturales dedicadas al cuidado y desarrollo comunitario. Entre todas estas agrupaciones conocimos "Junax", un centro de voluntariado de más de treinta años que se encarga de hospedar y delegar a los voluntarios en alguno de los diferentes ámbitos de intervención que se ofrecen. 

Así mismo, también conocimos "Casa Gandhi", un proyecto de auto-gestión y sostenible gracias a la implicación de los voluntarios que residen en ella. Desde allí se desarrollan también acciones socioeducativas como el proyecto de la "escuelita" dirigido a los más pequeños, y otros proyectos más generales a nivel comunitario. 

De todas ellas aprendimos la necesidad latente de luchar contra este freno del desarrollo que se llama Gobierno y de las mil y una formas de organización para hacerlo. En definitiva, San Cristobal no nos dejó indiferentes y más allá del edén del café y del chocolate caliente, fue para nosotros un lugar de toma de consciencia respecto a la situación que han vivido y viven todavía hoy las etnias mayas de la zona. 












1 comentario:

  1. Diumenge anem cap a San Cristóbal. Segur que visitarem algunsdels llocs que heu compartit!

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