lunes, 18 de septiembre de 2017

ESPACIO JUVENIL: Gracias por querer formar parte!

Después de 24 días llenando la hucha, finalmente se ha podido recaudar el dinero suficiente para desarrollar un proyecto en condiciones! No tenemos palabras para agradecer el esfuerzo que cada uno de los donantes ha hecho...

¡¡MIL GRACIAS!!


ESPACIO JUVENIL: Trabajamos por grupos

Después de la primera brigada de limpieza, de las dos capas generales de pintura y de terminar la instalación eléctrica, ahora toca organizarse por grupos de trabajo:

CARPINTERÍA:  después de recoger cajas de fruta en las tiendas, los jóvenes las lijan, las limpian y las barnizan para hacer lo que será la estantería de la biblioteca:


A su vez, también arreglan y barnizan los bancos 



 SOFÁS: para nuestros sofás primero hacía falta una buena limpieza de los colchones por eso un grupo se encargó de ello, así como de elegir las mantas que lo cubrirían y limpiarlas también.



 PINTURA: después de la pintada general, ahora toca centrarse en los detalles:


-Ladrillos: un pequeño grupo trabaja en el estampado de las columnas de la sala con el diseño que ellos mismos habían elegido

-Ventanas: otro lijando y pintando los barrotes oxidados de las ventanas.



-Cintas y puertas: Después de realizar un concurso para decidir los estampados, los ganadores ya podían llevar a cabo su tarea. Primero tomando las medidas necesarias, después lijando y buscando las mezclas de los colores y finalmente, haciendo trabajar los pinceles con mucha precisión.






 ACTIVIDADES: A parte del trabajo duro, también hemos reservado un tiempo para divertirnos de otra manera:

Taller de Dibujo: cintas y puertas 
La primera actividad fue el concurso que nos permitió sacar los diseños de las cintas para las ventanas y la puerta de entrada.
Juegos de Mesa

Unas partidas del Jungle&Speed nos ayudó a desconectar del trabajo

Cinefórum 
Inauguramos las sesiones de cine de Domingos por la tarde con "El diario de Noa"





lunes, 11 de septiembre de 2017

ESPACIO JUVENIL: Primeros pasos


Durante los tres días de adaptación desde nuestra llegada en la comunidad, tuvimos tiempo para terminar de analizar las  necesidades y concretar bien el proyecto. Era importante acudir a la primera reunión con las autoridades teniendo las ideas bien claras.

Así pues, después de una larga reunión desarrollando la trayectoria del proyecto, era la hora de plantear la idea a los protagonistas de la historia: los jóvenes. Estábamos seguros de nuestro trabajo pero no tranquilos al saber que aquello no era suficiente para que todo saliese como queríamos. Hacía falta transmitirles la misma ilusión que nosotros teníamos alrededor del Espacio Juvenil.

La primera asamblea contó con la Organización de la Pastoral y la Organización de Jóvenes, que fueron avisados por megafonía, siguiendo la tradición de la comunidad para advertir o  recordar los temas importantes. Decidimos aprovechar estos dos órganos ya existentes que cuentan con gente implicada y motivada a la hora de desarrollar cualquier cosa de su interés, y el Espacio Juvenil lo era. Sus caras se iluminaron de ilusión al ofrecerles la oportunidad  de poder construir desde cero lo que sería su espacio, un lugar exclusivo para ellos, con recursos y en condiciones adecuadas para organizarse y llevar a cabo sus intereses.

Su respuesta nos confirmó la necesidad de impulsar el proyecto, hecho por el cual todavía nos hizo creer más en lo que estábamos haciendo, sintiéndonos así, motivados para dar el próximo paso y afrontar los retos que estaban todavía por llegar.


⇒ Limpieza: Antes que nada se necesitaba habilitar el espacio y quitar todo el polvo, nidos y telarañas que durante muchos años habitaron en ésta sala.



⇒ Pintura: Una vez bien limpio, el grupo empieza a pintar con los colores que se decidieron conjuntamente en la asamblea. 



⇒ Electricidad: No se podía pasar por alto contar con una buena instalación eléctrica.

GUATEMALA: Primavera del Ixcán


Nos adentramos en un paréntesis dentro de la dinámica de nuestro viaje. Después de más de dos meses de viaje continuo y rodando de un lado para otro, era el momento de asentarnos y vivir de otra manera. Para ello, debíamos soltar las mochilas por un tiempo y dejarnos fluir en éste proceso de adaptación e integración en el nuevo lugar, que a pesar de que nos apetecía mucho, también nos creaba nervios e incertidumbre. Éramos conscientes de que nos esperaba una aventura bien intensa y cargada de aprendizajes. 

Para Marta era algo realmente mágico el hecho de regresar a Primavera, un lugar realmente especial y que había significado mucho para ella. Además el poder reencontrarse de nuevo con las bondadosas personas que habitan éste lugar, aún hacía aflorar más las emociones que a su vez se mezclaban con la intriga de resolver si habrían cambiado mucho las cosas en la comunidad después de siete años. Para Ovidi, el entusiasmo se expresaba en las ganas de conocer éste nuevo paraje del que tanto había escuchado hablar y dónde íbamos a realizar el proyecto en el que ya habíamos dedicado mucho esfuerzo e ilusión.

Así que después de un largo trayecto desde los lagos de Montebello y viendo pasar por la ventana las últimas imágenes de México, finalmente llega el momento esperado con nuestra entrada a Primavera del Ixcán, que como su nombre indica es una comunidad bien adentrada en la selva del Ixcán. Y pudimos ver claramente la densidad de su naturaleza verde y salvaje en el último tramo de viaje, pues fue una hora y media por un camino de piedras desde la ciudad mas cercana de la zona, montados en una Pick-up y esquivando la vegetación abundante que invade el camino y que fácilmente puede lastimar tu rostro si no prestas suficiente atención. 

Antes de dejar nuestras mochilas en la casa de capacitación (nuestro lugar de hospedaje), ya nos regalaron las primeras palabras de bienvenida por parte de las personas que nos íbamos encontrando por el camino, hecho que nos hacía sentir cómodos, bien recibidos y con ganas de conocer más y más. Después nuestro primer objetivo era encontrar a Juan, un muy buen amigo que teníamos en la comunidad y que nos estaba esperando con mucha ilusión. Nos presentamos por sorpresa en el aula dónde estaba impartiendo clase, y entre sonrisas y abrazos, nos despedimos hasta la hora de cenar para poder hablar ya con más tranquilidad.

Fuimos invitados a una cena muy especial con todos aquellos alimentos que sabían que eran de nuestro agrado para hacernos sentir de lo más confortables: frijoles, aguacate, arroz, pollo asado y las más preciadas y típicas tortillas de maíz, calentitas y apiladas una encima de la otra y cubiertas con un mantelito para que no perdieran temperatura. Rodeando el gran banquete estaba toda la familia reunida casi al completo con la que podíamos compartir un momento realmente cálido, acompañados de las velas que vencían la precoz oscuridad de la noche y escuchando el relajante sonido de la lluvia exterior.

Para nosotros era todo un regalo el hecho de poder estar allí sentados como unos más de la familia, comer juntos y platicar sobre la historia de la comunidad y sus tradiciones, pero sobretodo escuchar la vivencia de ésta familia durante los duros y todavía recientes tiempos de guerra que vivieron miles y miles de personas perseguidas por las tropas del ejército guatemalteco con la intención de exterminar las zonas indígenas y apropiarse de sus tierras.

Después de comer aquella rica cena de comida típica y conocimiento vivencial, aprovechamos la pausa de la tormenta para agarrar nuestras linternas e ir hacia nuestra casa para descansar de aquel intenso día.